Son aquellas técnicas que utiliza la persona dependiente para tratar de controlar la situación y a su pareja. Dado que para ella es tremendamente importante tener el control o, al menos, la sensación de que lo tiene, a veces de modo consciente y otras de modo inconsciente, idea técnicas y estrategias que le sirven para alcanzar esa sensación de seguridad que necesita. Sin embargo, lo que ocurre es que acaba convirtiendo la relación en algo tóxico y destructivo para ambas partes.
Veamos cuáles son las TÉCNICAS MÁS UTILIZADAS:
CONTROL PERSONAL
Cuando una persona pasa por una situación complicada y la pareja está ahí para ayudarle y apoyarle, en principio todo parece estar correcto, ¿cierto? Pero cuando utilizamos esas situaciones para recordarle lo que hicimos por él/ella, lo bien que nos portamos o lo atentos/as que estuvimos, entonces esta acción empieza a tergiversarse.
Comentarios del tipo “solo alguien como yo haría lo que he hecho por ti”, “nadie te va a querer como yo te quiero”, “no sé qué hubieras hecho si yo no hubiera estado a tu lado” …
Cuando empezamos a utilizar esas situaciones como estrategias para retener a la persona o para tratar de hacerle ver nuestra valía, ¿qué estamos haciendo entonces? Estamos utilizando este tipo de control encubierto para hacerle entender que nos tiene que querer y que no puede dejarnos, es decir, lo que buscamos con este tipo de estrategias es conseguir que la otra persona se quede a nuestro lado y no nos abandone. El dependiente se puede dejar la piel ayudando al otro, pero no siempre esa ayuda es del todo sincera, pues suele tener esa parte oscura que es con la que tratará de amarrar al otro a su lado para que no le deje después de “todo lo que ha hecho por él/ella”.
CONTROL SOCIAL
Lo que se busca con esta técnica es reducir o eliminar por completo la red social del otro para que la única fuente de apoyo, de ocio, de tertulias, en definitiva, de vida, sea la pareja.
En este tipo de control son habituales los comentarios como “es que yo no soy tu prioridad cuando tú sí eres la mía”, “si me quisieras de verdad preferirías estar conmigo y no con tus amigos”, “yo tendría que ser lo más importante de tu vida, que para eso soy tu pareja” …
Además de comentarios negativos acerca de sus amigos/as para hacerles creer que la única persona que de verdad está a su lado es ella. Dado que suelen ser personas celosas, aprovechan la mínima situación para hacer comentarios descalificativos de los demás y así hacerle creer al otro que solo puede confiar en ella. Llegan al punto incluso de rechazar invitaciones o actividades en grupo si saben que va a estar cierta persona con la que no quieren que su pareja tenga contacto, con lo que poco a poco su círculo de amistades se va reduciendo y, en algunos casos, se llega a eliminar totalmente. Se convierten en parejas solitarias que no se relacionan a penas con nadie a excepción de las personas de las que pueda rodearse el/la dependiente ya que, en algunos casos, él/ella sí puede tener cierta vida social porque su gente “sí es de fiar”.
CHANTAJE EMOCIONAL
Es una de las más empleadas especialmente en las relaciones de dependencia. Consiste en utilizar la culpa y el arrepentimiento para atraer a la otra persona y conseguir que permanezca a nuestro lado.
“Si haces eso es porque no me quieres”, “si me quisieras, lo harías”, “con todo lo que he hecho por ti”, “me has arruinado la vida y aun así estoy contigo”, “si me dejas, me muero” … Estos son algunos de los comentarios más habituales cuando nos expresamos en términos de chantaje o abuso emocional.
Pretendes hacer sentir mal a la otra persona, culparle, para así sentir que tienes el control de la relación y que con su arrepentimiento consigas atraerle y que permanezca a tu lado.
No se utiliza la comunicación asertiva y el diálogo sincero, se busca hacer sentir culpable al otro para que se dé cuenta de lo “mal” (y ponemos mal entre comillas porque no siempre se debe a un mal comportamiento) que se ha portado y de cómo el dependiente es tan “bueno” (y no porque no lo sea, sino por el tipo de estrategias que utiliza) que incluso en situaciones que no debería tolerar o que califica como negativas, sigue aguantando y estando al lado de su pareja porque él/ella sí que la quiere y no encontrará a nadie que la quiera igual. Por tanto, una vez más, con este tipo de técnicas, lo que se busca es tener el control de la situación, las riendas de la relación, para así sentir la seguridad de que no van a dejarle.
BAJA AUTOESTIMA
Reducir la autoestima de la otra persona se puede hacer de varias maneras. Una de ellas es restando o no teniendo en cuenta los logros del otro, haciéndole ver que lo que hace o lo que ha hecho no es tan importante. La otra es sobreprotegiéndola, tomando decisiones por él/ella y así conseguir que vaya perdiendo capacidad de hacer las cosas por sí mismo/a, lo que contribuye a que, de esta manera, tema la separación y se enganche más a su compañero/a de vida.
“¿Qué harías sin mí?”, “si es que no podrías vivir sin mí”, “deja que ya lo hago yo”, “no es tan importante lo que has hecho”, “cualquiera lo podría haber hecho así”, “no es tan difícil lo que estás haciendo” …
Conseguimos con este tipo de comentarios que la persona dependiente se sienta superior y con mayor control que su pareja, y el otro que se sienta insignificante y con poca valía, con lo que termina creyendo que tiene mucha suerte por estar con alguien que le quiera siendo una persona que merece tan poco amor y que tiene tan poco valor lo que hace.
REFUERZO INTERMITENTE
Este tipo de técnica, que también podría denominarse “conflicto-reconciliación” suele ser muy habitual en las relaciones dependientes. Ocurre cuando se dan numerosos conflictos en la relación pero seguidos de grandes recompensas y muestras de afecto cuando se consiguen solucionar. De este modo, la persona dependiente encubre los conflictos y hace sentir al otro que no tienen tanta importancia porque después, cuando llegan las reconciliaciones, están tan bien y se quieren tanto el uno al otro que da igual todas las discusiones que tengan.
“Mira que bien estamos cuando estamos bien”, “nuestras peleas no son importantes”, “si no nos quisiéramos como nos queremos, no lo arreglaríamos siempre”, “da igual lo mucho que peleemos porque al final siempre triunfa nuestro amor” …
Evidentemente, todas las parejas tienen sus conflictos y discusiones, así como las reconciliaciones pertinentes. Sin embargo, cuando los conflictos van siendo cada vez mayores y más numerosos y no los tenemos en cuenta, al final terminan por intoxicar la relación, aunque solo queramos centrarnos en las reconciliaciones. Si para estar bien tenemos que discutir primero, será que en realidad no estamos tan bien como creemos, ¿no?
Es habitual también en este tipo de refuerzo agasajar al otro de manera exagerada. La pareja puede sentir que al recibir tanto por parte del dependiente su amor es muy intenso, pero de nuevo, esto también tiene una cara oculta. Lo que en realidad busca el dependiente es que hagan lo mismo con él/ella o dejar en deuda al otro, para aprovechar esta circunstancia en el momento en que crea poder necesitarla y así, echarle de nuevo en cara “lo mucho que hago por ti” y que “no encontrarás a nadie como yo”.
INCONGRUENCIA ENTRE LO QUE PENSAMOS, SENTIMOS Y HACEMOS
Se trata de aquellas situaciones en las que, por ejemplo, nos preguntan “¿Qué te pasa?” y aun pasándonos algo, negamos que sea así y esperamos que, sin decir nada al respecto, sea la otra persona la que siga insistiendo, la que averigüe qué nos ocurre y la que, además, entienda y solucione nuestro malestar y, si no lo hace…
“Es que nunca te preocupas por mí”, “no me entiendes ni haces nada por entenderme”, “está claro que no te importo sino hubieras insistido” …
O lo llevamos al otro extremo, mostramos una falsa independencia para hacer creer al otro que podemos solucionar nuestros problemas sin él/ella y así infundirle el miedo de que podemos dejarle en cualquier momento “porque no nos hace falta”, pero buscamos en realidad acercarlo a nosotros y que tema ser dejado para que sea él/ella quien no nos deje a nosotros.
“Tranquilo/a, ya me apaño yo solo/a”, “no me haces falta para nada”, “no te necesito, lo puedo hacer sin ti”.
Se crea una disonancia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos porque no estamos siendo sinceros ni con nosotros mismos ni con nuestra pareja, con lo que esto hace que nuestros pensamientos irracionales sigan aumentando, los reproches hacia el otro también y la serie de técnicas de manipulación no hagan más que acrecentar y salir todas ellas a la palestra para conseguir tener de nuevo el control de la situación.
VENGANZA
Generalmente este tipo de técnica suele utilizarse en casos más extremos, en casos donde además de la dependencia existente en la relación, suelen estar incluidos los malos tratos físicos, psicológicos y/o sexuales.
Con este mecanismo se busca mantener unida la relación porque despierta fuertes sentimientos de terror hacia las posibles acciones que pueda ejercer la pareja si es abandonada. Se trata de situaciones conflictivas y peligrosas que incluso pueden llegar a poner en riesgo la vida de la persona. Hay quienes se sirven del ojo por ojo para, por ejemplo, si uno ha cometido una infidelidad, cometerla el otro también y así estar igualados. Mientras que otros se sirven de montar escenas en la calle, con los amigos o en el trabajo, revisar su móvil continuamente, realizarle llamadas o enviarle mensajes a todas horas, pedirle fotos o la ubicación exacta del lugar donde se encuentra, pincharle las ruedas del coche… Situaciones, como decimos, altamente peligrosas que requieren de las medidas necesarias para paliarlas y poder salir de ellas.
Si te encuentras atrapado/a dentro de este tipo de manipulación y no puedes desapegarte por ti solo/a, busca ayuda, porque por muy difícil que parezca de las relaciones dependientes también se puede salir fortalecido/a.
¿Te gustaría compartir tus pensamientos? Te leo en comentarios. Será un placer entablar una conversación contigo.
4 comentarios en “Técnicas de Manipulación dentro de la relación dependiente”
Buenos días
Quiero saber , sí tienes consulta en Madrid
Un saludo
Isabel
Hola Isabel,
Yo soy de Barcelona, pero mi Consulta es online, por lo que la distancia no es problema. Te dejo información sobre mis sesiones, te parece? Hay diferentes metodologías y precios. La mejor opción siempre es la videoconferencia, aunque la chat también funciona muy bien. El mail es más para preguntas muy concretas.
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Cualquier duda házmela saber.
Un saludo
Muchas Gracias Ciara lo acabo de leer y es justo por lo que estoy pasando, tenía dudas de que si era Yo el equivocado, pero fué de una gran ayuda MUCHAS GRACIAS Saludos desde Córdoba, ARGENTINA
De nada, me alegra que te guste y, sobre todo, que te sea de ayuda.
Un abrazo