En la actualidad, llevamos un ritmo de vida muy acelerado. Nos pasamos el día de aquí para allá sin dejar espacios para el descanso y la tranquilidad. Multitud de tareas se agolpan en nuestra rutina, con el hándicap de que, si no ocupamos nuestro tiempo dentro de esta vorágine de decisiones constantes, llegamos a sentirnos culpables “por estar perdiéndolo”.
Nos movemos entre la era de la información, donde la hiperconectividad con los demás nos hace sentir que debemos hacer mil cosas para estar enterados de todo lo que sucede a nuestro alrededor, y la cultura del entretenimiento, donde buceamos constantemente entre un sinfín de opciones, a cuál más atractiva para nuestra mente, buscando encontrar la relajación y la paz que no logramos por nosotros mismos. Uf, solo de pensarlo ya me siento cansada.
¿Cómo podemos darle la vuelta a tal situación emocional? Practicando el Nesting.
¿Qué es el Nesting?
El término procede de la palabra anglosajona “Nest” que significa “nido” y se trata de la tendencia a quedarse en casa dedicándose al placer de no hacer “nada”, como fórmula para desconectar y rebajar el estrés.
La presión social, la autoexigencia, y el ritmo acelerado que llevamos, hacen que queramos recluirnos en un sitio seguro donde nadie nos demande nada y podamos relajarnos. Nuestro hogar puede ser aquel refugio en el que reencontremos el equilibrio interno.
¿Qué ventajas posee?
La más importante de todas es que nos invita a cobijarnos en la intimidad de nuestro hogar, encontrando el equilibrio entre la socialización y estar bien con nosotros mismos.
Pero no hacer nada no es tan sencillo como parece. Nos hemos acostumbrado a estar en una actividad constante, por lo que no estar activos lo asociamos a sentimientos de ansiedad, frustración y culpa.
Lo fundamental de esta práctica radica, como hemos dicho, en permitirnos espacios para no hacer nada, entendiendo “nada” como cualquier cosa que ayude a equilibrar nuestro estrés y nuestro exceso de energía. Mientras que para unas personas leer un libro puede ser de lo más relajante, para otras existirán otras opciones como: ver una buena película, tumbarse en el sofá, tomar un baño caliente, etc. Hay estudios que demuestran que cocinar es una terapia muy efectiva, ya que estamos centrados en el momento presente, realizando algo creativo por nosotros mismos, y nos ayuda hacer una meditación activa dejando de lado las preocupaciones del día a día.
Tu casa puede ser el templo idóneo para desconectar del mundo, y regalarte tiempo para ti mismo/a, que es algo muy sano, necesario y que a menudo olvidamos. Para ello la decoración ayuda si empleamos elementos que sean funcionales, pero también agradables, cómodos y reconfortantes.
Por lo tanto, estar en casa es algo positivo y necesario, sobre todo si nos sentimos estresados, y pasamos la mayor parte del tiempo sin pisarla.
Cuando por fin lo hacemos:
Es nuestro momento de relax donde no necesitamos máscaras.
- Al tomar distancia con el mundo podemos ver los problemas desde otra perspectiva.
- Liberamos nuestra creatividad.
- Reduce el estrés y la ansiedad, renovando nuestras energías para enfrentar el día a día de la mejor manera posible.
- ¿Es adecuado para cualquier situación?
Dependerá del contexto en el que estemos.
El Nesting será beneficioso sobre todo cuando estamos desbordados y saturados.
Si somos ese tipo de personas que no saben estarse quietas y que necesitan tener su agenda repleta de planes, quizá es momento de parar, descansar y tomar un respiro en casa para reflexionar acerca de esa necesidad tan grande por hacer cosas y no dar espacio a la soledad adaptativa.
Si, por el contrario, llevamos mucho tiempo encerrados, ya sea porque hemos atravesado un periodo de duelo, o porque nos cuesta socializar y nos sentimos desolados (soledad no escogida, impuesta por las circunstancias) el Nesting no será para nosotros, y lo más sano será salir de casa, buscar planes, y abrirnos al mundo venciendo barreras mentales y emocionales que nos están aprisionando.
Tan necesario es saber compartir con los demás, interactuar, y tener una vida activa, como permitirse descansar y recogerse, dando cabida a esa regeneración interna tan importante para seguir con más fuerzas.
Como parte de nuestra evolución y crecimiento, es probable que no nos mantengamos estables, y a lo largo de la vida podamos ir pasando por diferentes etapas y fases, alternando distintas maneras de actuar, con unas épocas que nos convenga hacer más Nesting y en otras reducirlo.
La clave radicará siempre en valorar la situación de cada momento y buscar siempre el equilibrio óptimo en cada caso.
¿Te gustaría compartir tus pensamientos? Te leo en comentarios. Será un placer entablar una conversación contigo.
7 comentarios en “Nesting: el placer de quedarse en casa”
Excelente articulo
¡Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. ¡Un abrazo!
Hola! muy buen articulo. Saludos desde Colombia.
Hola Leidys, qué bien que te guste! Saludos desde Barcelona.
Me gustò , es un buen hábito que debemos practicarlo con placer, gracias
Genial Katia! Es importante saber disfrutar de los momentos de relajación en casa =)
Que artículo tan atingente!!. Cuánto nos cuesta pisar el freno y tomar conciencia de lo sano y necesario que es. Hasta cuando comencé a leer me costaba pensar el dejar de hacer otras cosas…
Maravilloso, me doy el permiso. Gran gran artículo. Vamos por varios Nesting en la vida!!.